Consejos prácticos para ir a la playa con perros

Comparte

Cuando llega el calor, apetece salir a la playa con los perros. Pero ¿hemos pensado si realmente es bueno para nuestros peludos? Para que pasar un día con los perros en la playa no acabe en desastre, hace falta prepararse bien. A continuación, encontrarás algunos consejos clave.


Ir a la playa con perros tiene muchos beneficios

Al igual que sucede con las personas, para un perro resulta muy saludable nadar y caminar por la arena para tonificar la musculatura. Ambas actividades están especialmente recomendadas para animales en proceso de rehabilitación por problemas locomotores.

Por otro lado, las playas son lugares amplios y no peligrosos, por lo que, si te acercas con tu perro en horas de poca concurrencia, podrá jugar y correr a sus anchas, y podréis relajaros y compartir momentos felices que fortalezcan vuestra relación.

Además, en los calurosos días veraniegos, qué mejor que un buen chapuzón para refrescarse: igual que las personas, los perros tienen calor y remojarse puede ayudarles a aliviar los efectos de las altas temperaturas.


Cuidados de un perro en la playa

Si todos estos beneficios te han convencido, empieza a prepararte para disfrutar de las vacaciones con tus perros en la playa. Sin embargo, no olvides los factores que pueden traer problemas, como la exposición excesiva a los rayos del sol, el fuerte oleaje o las medusas, y ten presentes los siguientes cuidados para llevar un perro a la playa:

  • Agua en abundancia. Ante todo, lleva suficiente agua para evitar que tu perro se deshidrate. Intenta, en la medida de lo posible, que no beba agua del mar, ya que podría ocasionarle vómitos y diarreas que podrían acentuar la deshidratación y dar lugar a graves problemas de salud.
  • Protección solar. Si tu perro tiene el pelo corto o blanco, y su piel es muy clara o rosada, aplícale un filtro solar especial para perros antes de exponerlo al sol durante un largo rato. También es importante proteger las zonas sin pelaje de todos los perros, como la trufa y la cara, la parte interna de las orejas y la nariz. Lo más recomendable, tanto para él como para ti, es evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 15:00.
  • Ducha después de la playa. La arena puede meterse en los ojos o en las vías respiratorias e irritar u ocasionar lesiones en los peludos. Por tanto, al final de la jornada playera, ducha bien a tu perro con agua fresca porque, además de refrescarlo, podrás sacarle toda la sal (que estropea el pelaje) y la arena de entre los dedos, los ojos y las orejas (acuérdate de secárselas bien para prevenir la otitis, bastante común tras los chapuzones).
  • Sobreexcitación. Correr y saltar sin control por la arena puede provocar lesiones en los ligamentos cruzados de las rodillas. Además, la sobreexcitación puede hacerle olvidar su propio cansancio, así que conviene hacerlo reposar en la sombra si lo ves fatigado, para evitar un golpe de calor.
  • Residuos. En la playa suele haber insectos, erizos, medusas, anzuelos e incluso basura. Como los perros son curiosos por naturaleza, es recomendable tener a nuestros animales de compañía controlados.


Consulta las normativas locales y las playas para perros

Antes de ponerte en marcha, infórmate sobre las normativas locales, ya que no todas las playas admiten perros, o bien solo les permiten el acceso en ciertos horarios.

Recuerda también que las playas suelen ser lugares concurridos y no todas las personas disfrutan de los animales, así que controla a tu perro para que no ocasione molestias a los demás bañistas. No permitas que corra entre toallas y actúa como en cualquier otra zona pública, controlando y recogiendo sus excrementos.

Comparte